Durante mis años como empleada en instituciones gubernamentales, viví en carne propia los desafíos que ahora busco aliviar para otros.
Me enfrenté a jefes que, lejos de ser líderes inspiradores, se sumergían en la ignorancia y la exigencia infundada, creando un ambiente donde la competencia desleal y la opresión de ideas innovadoras eran la norma. Las reuniones interminables y sin propósito, seguidas de demandas de resultados instantáneos, eran el pan de cada día, robando no solo mi tiempo sino también mi paz mental.
He dedicado mi vida a comprender no solo la mente humana sino también las complejidades del ambiente laboral. Esta combinación me permite ofrecer un servicio que no solo enseña a manejar el estrés, sino que también inspira a la innovación y la eficiencia, transformando no solo individuos sino también organizaciones enteras.